miércoles, 21 de diciembre de 2011

Música

Puede parecerte que se ha perdido la magia, que ya no es lo que era, que los tiempos han cambiado, que ya nada merece la pena y que la pena lo merece todo. Que este mundo de personas se está volviendo cada vez más inhumano, más material, más sinsentido y más patético. Puede parecerte que ya no existan motivos por las que sonreír o por las que cantar alegremente una canción, aunque sea en tu habitación a escondidas, cuando pones el volumen tan alto que se te van todos los problemas de golpe, que te pones a bailar como si no existiese un mañana o, precisamente, porque existe un mañana y un pasado mañana. Porque la música te envuelve y es capaz de hacerte flotar, de desvanecerte por completo de este mundo insípido y con poco tacto, sobre todo con poco tacto.

“The hills are alive with the sound of music. With songs they have sung for a thousand years”

lunes, 19 de diciembre de 2011

Una mañana

Son las 8:31 de la mañana de un martes de diciembre cualquiera. Hace un frío que pela y no hace más que llover y llover, y me daría igual si no fuera porque tengo que irme en media hora a la Finca de Prácticas a trabajar tres horillas. Después tengo un exámen de electrificación en el que hay que montar en un panel eléctrico un circuito para que funcione un motor y, sinceramente, nunca se me han dado bien las cosas eléctricas, casi no se ni seguir un esquema ni enchufarlo a la corriente. Por lo menos me levanto con la buena noticia de que he aprobado un examen y veo que muchas veces los esfuerzos tienen su recompensa. Por lo demás, no deja de ser un martes cualquiera, el último martes antes de las vacaciones de Navidad que, ya puestos, habrá que decir que de vacaciones tienen poco porque los examenes están a la vuelta. Y no, no me da pereza ponerme a estudiar en Navidad. En verano tampoco tuve lo que se dice vacaciones porque estuve con el proyecto de fin de carrera que, por fín, he entregado y presentado. Así que, solamente es continuar un hilo que se empezó a tejer hace un año, el cual te obliga a mirar siempre hacia delante y sin darte tiempo a pararte a descansar pero que, si lo miras por otro lado, te aporta mayor satisfacción cuando ves que las cosas van saliendo poco a poco. Ya soy ITA. Ahora hay que esforzarse con lo que manda el día.

Buenos días y buen provecho!